Flexibilidad habitacional: lecciones de Puerto House para Argentina
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Flexibilidad habitacional: lecciones de Puerto House para Argentina

La Casa de Puerto propone un modelo de vivienda flexible. Mirá qué lecciones aporta para pensar viviendas adaptables en Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

9 de septiembre de 2025
5 min de lectura
por Equipo proyect.ar

Flexibilidad habitacional: lecciones de Puerto House para Argentina

Cómo un edificio en miniatura en Progreso, Yucatán puede iluminar soluciones flexibles para la crisis habitacional en Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

Introducción

Si alguna vez te preguntaste cómo una vivienda puede transformarse con el tiempo y las necesidades de sus habitantes, la Casa de Puerto —también conocida como Puerto House— propone un ejercicio interesante. Según la publicación original, se trata de un edificio multifamiliar a escala reducida, compuesto por dos unidades de vivienda flexibles, ubicado en el área portuaria de Progreso, Yucatán. Diseñado como un modelo alternativo de alojamiento, ofrece una plataforma para pensar la flexibilidad espacial y su potencial aplicabilidad en el contexto argentino.

Por qué nos interesa este ejemplo

En nuestro país, la crisis habitacional y la diversidad de formatos familiares obligan a repensar la vivienda como un sistema capaz de adaptarse. La Casa de Puerto no es la única respuesta posible, pero sí funciona como un caso de estudio que nos permite abstraer estrategias transferibles: tamaño contenido, unidades múltiples y esquemas de flexibilidad que priorizan la adaptabilidad por sobre la rigidez tipológica.

El concepto de vivienda flexible: ¿qué implica?

Cuando hablamos de vivienda flexible nos referimos a diseños que permiten cambios programáticos y de uso sin requerir obras mayores cada vez que cambia la composición familiar o las necesidades de trabajo, descanso y relación. En términos generales, la flexibilidad implica:

  • Plantas donde los espacios puedan redistribuirse con mínimas intervenciones.
  • Espacios neutros o multifunción que sirvan para dormir, trabajar o recibir visitas según el momento.
  • Sistemas constructivos y de servicios que permitan incorporar equipamiento o particiones sin afectar la estructura principal.
  • Estrategias de compartición y densificación que permitan una convivencia más eficiente en parcelas pequeñas.

La Casa de Puerto, tal como la describe la nota en ArchDaily, plantea una escala reducida y una organización en dos unidades que refuerzan justamente la idea de adaptabilidad y uso alternado de espacios.

Penthouse on the beach with a stunning view

Crédito: Wikimedia Commons contributor | Fuente: Wikimedia Commons | Licencia: ver en la URL original

Comparativa: la necesidad de flexibilidad en la vivienda argentina

Acá en Argentina la situación es heterogénea: hay ciudades con fuerte presión demográfica como Buenos Aires y su cinturón metropolitano, y otras con dinámicas distintas como Córdoba y Rosario. En todas ellas, sin embargo, aparece la misma demanda: viviendas que respondan a familias cambiantes, trabajadores que se instalan por períodos, o la necesidad de generar ingresos complementarios a través de alquileres temporarios.

Mirando la Casa de Puerto desde esa perspectiva, podés ver varias lecciones útiles:

  1. Escala eficiente: proyectos pequeños y multifamiliares permiten densificar sin perder calidad espacial.
  2. Unidades flexibles: dos unidades en un mismo volumen facilitan combinaciones de uso (alquiler, cohabitación, extensión familiar).
  3. Modelo alternativo de alojamiento: pensar la vivienda no sólo como residencia permanente sino como una plataforma de usos temporales o mixtos.

Estas ideas son relevantes para políticas públicas y para proyectos privados: desde programas de vivienda social hasta emprendimientos de mediana escala en barrios de Buenos Aires, o tipologías aplicables en desarrollos en Córdoba y Rosario.

Casa de madera y tejuela, Puerto Varas

Crédito: Wikimedia Commons contributor | Fuente: Wikimedia Commons | Licencia: ver en la URL original

Ejemplos y resonancias en proyectos argentinos

No vamos a nombrar proyectos puntuales que no figuren en la fuente original, pero sí podés encontrar que en varias iniciativas locales se replica la lógica de la flexibilidad: edificios con unidades pequeñas que se pueden juntar o dividir, tipologías con espacios comunes que amortiguan la necesidad de superficie privada, y estrategias constructivas que favorecen la adaptación sin grandes costos. En barrios porteños o en nuevos desarrollos en Córdoba y Rosario, estas soluciones ganan sentido frente a la escasez de suelo y la búsqueda de calidad de vida.

Además, la flexibilidad habilita respuestas diversas frente a la informalidad: podés diseñar unidades que sean habitables desde el primer día y que admitan transformaciones formales a medida que se regulariza la vivienda o cambia la familia. Eso es clave en contextos donde los plazos para acceder a soluciones definitivas suelen ser largos.

Implicancias para políticas y mercado

Para que la flexibilidad funcione en Argentina hacen falta dos condiciones básicas: marcos normativos que permitan tipologías mixtas y provisión de servicios que no penalicen la adaptabilidad. Es decir: si la normativa obliga a usos o parámetros rígidos, la capacidad de reconversión se reduce. En paralelo, incentivos a la innovación constructiva y la financiación de soluciones intermedias facilitarían que más proyectos –tanto públicos como privados– adopten esquemas flexibles.

Conclusiones y recomendaciones

La Casa de Puerto, tal como la reporta ArchDaily, funciona como un prisma: desde una propuesta de baja escala y dos unidades se pueden derivar buenas prácticas aplicables a nuestro país. Si querés pensar proyectos concretos en Buenos Aires, Córdoba o Rosario, tené en cuenta estas recomendaciones:

  • Priorizar plantas neutras y unidades multifunción que permitan cambios sin obra mayor.
  • Diseñar servicios y accesos independientes que faciliten alquileres temporarios o cohabitación.
  • Incentivar la experimentación con materiales y sistemas constructivos que reduzcan costos de adaptación.
  • Abordar la flexibilidad desde la política pública: revisar marcos normativos y ofrecer líneas de financiamiento para proyectos adaptables.

En definitiva, la Casa de Puerto nos recuerda que la vivienda no tiene por qué ser una cápsula inmutable. Acá en Argentina, donde las familias cambian, se reconfiguran y buscan estrategias económicas diversas, incorporar flexibilidad en el diseño es una apuesta práctica y necesaria. Si querés saber más sobre la propuesta original, podés consultar la nota en ArchDaily.


  • https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/04/Penthouse_Rendering.jpg — Crédito: Wikimedia Commons contributor | Fuente: Wikimedia Commons | Licencia: ver en la URL original
  • https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a0/Casa_de_madera_y_Tejuela%2C_Camino_a_Alerce%2C_Puerto_Varas.jpg — Crédito: Wikimedia Commons contributor | Fuente: Wikimedia Commons | Licencia: ver en la URL original